Los meses de verano, con sus altas temperaturas y la exposición al sol, se convierten en un peligro para nuestros pies. Hay que prestarles especial atención, porque son las extremidades que más sufren en los días de playa y piscina. Con el calor apetece más andar descalzos o con un calzado muy ligero; esto puede tener consecuencias graves si no vigilamos a diario nuestros pies.
En la época estival es muy frecuente:
- La aparición de rozaduras ya que al dejar de usar calcetines nuestros pies friccionan directamente con el material del calzado.
- Sufrir hongos y/o el virus del papiloma, porque nuestros pies permanecen durante más tiempo en contacto con el agua y zonas comunes y no nos los secamos adecuadamente.
- Las quemaduras. Los pies es la parte del cuerpo más olvidada a la hora de poner la protección solar y es muy frecuente sufrir quemaduras en la zona del empeine y en la planta.
- Andar descalzos corriendo el peligro de clavarnos algún objeto o minúsculos cristales que si no los extraemos pueden llegar a producir heridas infectadas e incluso úlceras.
- Llevar las uñas pintadas durante 2 o 3 meses seguidos sin dejarlas respirar. Por todo lo que os acabo de comentar, es bueno seguir los consejos que os detallo a continuación:
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- Al finalizar el día es aconsejable lavar bien los pies y el calzado, si se puede, haciendo mucho hincapié en el secado posterior de las uñas y del espacio interdigital (espacio que queda entre los dedos).
- Diariamente, antes de acostarse, hidratar los pies con cremas podológicas mediante un pequeño masaje hasta su total absorción. Es importante insistir en la zona del talón para prevenir la aparición de grietas así como evitar aplicar crema en la zona de en medio de los dedos para no aumentar la maceración.
- A la hora de tomar el sol recuerda aplicar protector solar en toda la superficie del pie, incluida la planta. Al andar descalzos por la arena u otro tipo de superficie, no hacerlo en las horas de más calor para evitar quemaduras.
- En zonas comunes como duchas, vestuarios, gimnasios, hoteles o accesos a las piscinas es obligatorio usar chanclas para evitar coger hongos o virus del papiloma, pero no hay que olvidar que las chanclas deben utilizarse sólo en estos casos porque provocan inestabilidad, el resto del día se aconseja un calzado cómodo, ventilado, sujeto al pie y tobillo, transpirable, fabricado con materiales de calidad, y con una suela resistente y gruesa que no sea totalmente plana.
- Cortar las uñas siempre rectas sin redondear las esquinas para prevenir que se claven y dé lugar a uñeros que se infecten y causen gran dolor.
Además a la hora de pintar las uñas no hay que pintar capa sobre capa y se aconseja dejarlas unos días sin pintar para que la uña respire y no se amarillente porque de lo contrario puede ser colonizada por hongos. - Al quitar los calcetines el pie está más expuesto a rozaduras y ampollas, por ello es recomendable cuidar cuanto antes esas heridas y vigilarlas a diario, cambiar el calzado para que deje de rozar en la misma zona y utilizar productos antitranspirantes para reducir el sudor de los pies y la maceración de los mismos.
Recuerda revisar y cuidar tus pies todos los días del año y no sólo cuando te hagan daño. Acude a un profesional, como el podólogo, en caso de que detectes heridas que no cicatrizan, callos, durezas, uñas amarillas, despegadas o engrosadas para que te realice o prescriba el tratamiento más adecuado.